El excampeón del mundo de ajedrez Garry Kasparov, ex-disidente soviético y opositor al presidente Vladimir Putin, instó a Occidente a “excluir a Rusia de los mercados financieros”, en una entrevista al diario italiano Il Corriere della Sera publicada este sábado. Entretanto, las calificadoras financieras rebajan la nota de la deuda de Ucrania y Moody’s amenaza a ambos países con degradar su calificación.
“Excluyan a Rusia de los mercados financieros mundiales. Asegúrense que el sistema financiero ruso ya no pueda funcionar y ya no pueda producir recursos para la máquina de guerra de Putin, a pesar de que esté sentado sobre reservas en liquidez de más de 600.000 millones de dólares”, pide el opositor de 58 años que vive en Nueva York.
“Tienen que actuar. Muéstrenle que tendrá que pagar el precio (…) Si la agresión no tiene un costo, si la máquina de guerra de Putin no deja de funcionar porque va a la bancarrota, la élite (rusa) no moverá un dedo”, explica.
“Rebelarse contra Putin puede significar poner fin a la vida de uno. Nadie lo hará si no hay una amenaza directa contra los miles de millones de dólares que esa gente tiene acumulados en el mundo libre”, afirma.
Desde la invasión de Ucrania, se levantaron muchas voces para pedir la exclusión de Rusia del sistema de transacciones financieras internacionales Swift, esencial para el comercio mundial.
Pero Occidente no logró hasta ahora ponerse de acuerdo sobre esa sanción extrema, ya que varios países europeos, entre ellos Alemania, temen un impacto en los suministros de gas ruso.
-S&P Ratings y Fitch-
Las calificadoras S&P Ratings y Fitch rebajó la nota de la deuda de Ucrania tras su invasión por Rusia, mientras que Moody’s advirtió a ambos países que podría degradar su calificación, dando todas cuenta de riesgos de impago.
S&P Ratings degradó el sábado la nota dela deuda de Ucrania de B a B-, con perspectiva negativa, lo que significa que la agencia podría rebajarla aún más en el futuro.
La invasión rusa impone “importantes riesgos negativos” a las perspectivas económicas de Ucrania, “poniendo en peligro el servicio de la deuda” suscrita por los operadores económicos, dijo S&P en un comunicado.
“Ucrania ahora enfrenta posibles interrupciones en algunos sectores económicos clave, como sus grandes exportaciones agrícolas y su red de gasoductos”, agregó.
El viernes, la agencia calificadora Fitch degradó la deuda ucraniana de “B” a “CCC”, aduciendo que la invasión rusa le genera un “severo shock negativo”.
“La invasión militar de Rusia ha resultado en mayores riesgos para las finanzas públicas y externas de Ucrania, la estabilidad macrofinanciera y la estabilidad política”, dijo Fitch y resaltó la “alta incertidumbre” sobre la duración del conflicto.
Al justificar su decisión, Fitch indicó que “existe una alta incertidumbre sobre el alcance de los objetivos finales de Rusia, la duración, la amplitud y la intensidad del conflicto, y sus consecuencias”.
También destacó la “liquidez externa bastante baja” de Ucrania relacionada con su deuda de 4.300 millones de dólares, y dijo que “las salidas de capital esperadas debilitarán aún más su posición de financiamiento externo”.
“Se espera que el shock a la confianza interna tenga un impacto severo en la actividad económica y la moneda, alimentando la presión inflacionaria y la volatilidad marcoeconómica”, sostuvo Fitch, agregando que “las finanzas públicas pueden ser impactadas por un mayor gasto militar” y “la capacidad de financiar la deuda estará gravemente limitada”.
Por su parte, la calificadora de riesgo Moody’s Investors Service advirtió que podía degradar las deudas tanto de Ucrania como de Rusia por la guerra.
“Estos eventos representan una elevación adicional significativa de los riesgos geopolíticos que Moody’s había subrayado previamente, que está siendo acompañada por sanciones adicionales y más severas contra Rusia, potencialmente incluyendo aquellas que puedan impactar en el pago de la deuda soberana”, dijo la agencia.
De su lado, el Fondo Monterio Internacional dijo este viernes que Kiev había solicitado un “financiamiento de emergencia” al prestamista de crisis basado en Washington, sumado a su programa de ayuda ya existente de unos 2.200 millones de dólares.