Después de la escandalosa derrota ante Estados Unidos, el Tri volvió a ganar con un insípido 1-0 ante Panamá por el bronce de la Nations League de Concacaf, aunque la afición lo castigó con un estadio semivacío
La Selección Mexicana se reencontró con el camino del triunfo en el cierre de la Concacaf Nations League 2022-23 al vencer 1-0 a Panamá y quedarse con el premio de consolación del tercer lugar del torneo. Pero al mismo tiempo continúa en una racha perdedora en cuanto al concepto de lovemark o amor a su marca, utilizado en el argot del marketing y los negocios.
El divorcio entre el Tri y sus aficionados, como una avalancha, ha ido en crecimiento desde hace al menos un par de años, cuando empezaron las derrotas frente al acérrimo rival, Estados Unidos, en torneos oficiales como la Nations League y la Copa Oro bajo el mando de Gerardo Martino.
Después vino una decepción total en el Mundial de Qatar que desató el desprecio a la marca y, cuando parecía que venía la oportunidad para revertir esta situación en este verano, el equipo fue humillado 0-3 otra vez por Estados Unidos y perdió el boleto para ganar su primer título de Concacaf en cuatro años, al quedar marginado en las semifinales de la Nations League 2023.
El premio de consolación fue el partido por el tercer lugar del 18 de junio, contra Panamá. En la cancha, el entrenador Diego Cocca y sus pupilos cumplieron con una insípida victoria por 1-0, que siguió exhibiendo las falencias defensivas y ofensivas del conjunto verde, pero en la tribuna no hubo redención, ya que el Allegiant Stadium de Las Vegas lució semivacío.
El escenario vivió un contraste: de los 65,000 aficionados que abarrotaron el estadio de los Raiders (NFL) el 15 de junio para ver el partido entre México y Estados Unidos, la cantidad bajó a menos de 20,000, casi una tercera parte, de acuerdo con publicaciones y comentarios de profesionales de los medios de comunicación que estuvieron allí, sin que sea una cifra oficial.
Esto ya se avecinaba desde 24 horas antes del partido, cuando se reportó que los boletos para el México contra Panamá habían reducido sus costos a más de la mitad en comparación del de Estados Unidos, ya que los más baratos pasaron de ser de 90 dólares a 40. Pero ni eso fue suficiente.
“Oficial: la peor entrada en un espectáculo de cualquier tipo en Las Vegas. Ni las carreras de tlacuaches en el desierto son tan desangeladas”, publicó junto a una foto del Allegiant Stadium semivacío el periodista de ESPN, Rafael Ramos, mientras que su colega, Favian Renkel, agregó: “Esta es la multitud más pequeña que he visto para un partido de la Selección Mexicana en Estados Unidos. Impactante de ver”.
Incluso el partido amistoso del fin de semana anterior (10 de junio) contra Camerún tuvo más aficionados, al registrar 30,543 en el SnapDragon Stadium de San Diego, siendo un juego sin ningún trofeo en disputa y en el que no estaban contemplados elementos mexicanos que radican en las ligas europeas.
Para rematar, los pocos aficionados que asistieron al Allegiant Stadium el domingo abuchearon a futbolistas mexicanos como Santiago Giménez y Uriel Antuna cuando fueron sustituidos. La reprobación no dio tregua a pesar de que el Tri se fue arriba en el marcador desde el minuto 3 con un gol de Jesús Gallardo, que terminó por ser el resultado final.
“Hoy era importante ganar, la actitud que tuvo el equipo fue buena. Vimos un equipo luchador y que nunca dejó de correr. Rescato la actitud de los jugadores, que se repusieron tras el partido pasado. Debemos mejorar la definición. Sé que lo haremos con trabajo y para eso también necesitamos tiempo”, reflexionó Diego Cocca al término del partido.
El Tri generó 9 disparos contra 6 de Panamá y llegó a tener al menos dos oportunidades claras de gol en manos a mano frente al portero en los pies de Érick Sánchez y Orbelín Pineda, pero en los segundos de la toma de decisión, los jugadores lucieron nerviosos y fallaron sus tiros.
Panamá, por su parte, anotó dos veces en el segundo tiempo, pero ambos fueron eliminados por fueras de lugar que corroboró el Video Assistant Referee (VAR). Aún así, los centroamericanos fueron mejores en robos (17 contra 10), posesión de balón (56%) y porcentaje de efectividad de pases (85% contra 81%), de acuerdo con estadísticas de la página oficial de la Concacaf.
“Gigante no hay en ningún lado, el futbol está muy parejo, a México lo hace gigante su gente y para tener ese poderío necesitamos estar todos juntos. Cuando vean que de este lado hay convencimiento de trabajar todos juntos, entonces ahí sí pensaremos en ser gigantes. Debemos convencer a la afición, a los medios y a todos. El cuerpo técnico y los jugadores comenzamos a creer juntos y cuando eso comienza a pasar se verá desde fuera”, agregó Cocca, quien llegó a su séptimo partido al frente del Tri con balance de tres victorias (ante Panamá, Guatemala y Surinam).
A diferencia de sus últimos tres partidos, Cocca decidió alinear ante Panamá a cuatro defensas, tres medios, dos extremos y un centro delantero, destacando la oportunidad para Johan Vásquez, Julián Araujo, Ozziel Herrera, Érick Sánchez y Santiago Giménez, quienes no habían sido titulares, pero el rendimiento quedó a deber en cuanto a goles y llegadas.
México retrocedió un escalón en la Concacaf al quedarse con el bronce de la Nations League 2023, siendo que en 2021 llegó al subcampeonato. Su siguiente termómetro será la Copa Oro, donde también perdió la final de la última edición (2021); empezará este torneo el 25 de junio frente a Honduras en el estadio NRG de Texas, que cuenta con capacidad para 72,000 aficionados. Ahí se volverá a medir si el Tri sigue perdiendo en lovemark.