Durante la pandemia de Covid-19, Elon Musk estableció contacto con el canciller Marcelo Ebrard para solicitar el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para la reactivación de ciertas industrias clave en México que resultaban indispensables para reconstituir las cadenas de suministro, no únicamente de Tesla, sino de las demás compañías que el empresario dirige. Ese fue el inicio de una fructífera relación de colaboración que ha prosperado para la instalación de la planta de vehículos eléctricos de Tesla más grande del mundo en nuestro país.
Con el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador del pasado 28 de febrero, y la presentación del señor Musk el día 1 de marzo en Austin, Texas, durante el Investor Day de Tesla, se confirmó el establecimiento de la gigafactory en Santa Catarina, Nuevo León, mediante una inversión que asciende a 5 mil millones de dólares, y la generación de casi seis mil empleos, para producir un millón de autos eléctricos al año. Esta acción significa un gran paso para México en varios sentidos, ya que, de acuerdo con Morgan Stanley, estaríamos incentivando un ecosistema de vehículos eléctricos, y elevando nuestros niveles de exportaciones hacia Estados Unidos en un 3.5 por ciento, equivalente a una suma de 15 mil millones de dólares, representando un aumento del 10 por ciento en exportaciones relacionadas con automóviles.
Estamos ante el inicio de la transición de México hacia la electromovilidad. El secretario Marcelo Ebrard encargó a la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos a mi cargo diseñar una hoja de ruta para que nuestro país, siendo el cuarto productor de automóviles del mundo, pueda dar un paso adelante hacia la manufactura de vehículos eléctricos, que son la nueva tendencia para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el calentamiento global. Para ello, en colaboración con la Alianza MX de la Universidad de California, fundamos el Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte en EU y México, con la participación de la industria, la academia y distintas dependencias del gobierno de México.
Este grupo recientemente presentó el “Diagnóstico y Recomendaciones para la Transición de la Industria Automotriz”, realizado a partir de la recopilación de opiniones de más de 160 participantes, donde se detalla el estado de la industria automotriz para el desarrollo de vehículos eléctricos en México, tomando en cuenta los conceptos de nearshoring y allyshoring aplicados hacia la electrificación del sector automotor. Tesla Motors junto con las empresas automotrices con operaciones en México, participaron activamente en los cinco ejes de trabajo de este grupo, compartiendo los resultados que han logrado en el mercado mundial.
Nuestra colaboración con Tesla Motors a lo largo de 14 meses partió del análisis de las necesidades que la nueva planta demandaba, y la identificación de las oportunidades para ellos en diversas entidades federativas de México. Esta inversión también era anhelada por otros países del mundo. Las características de la planta y los requerimientos de la empresa nos llevaron a explorar opciones en los estados de Hidalgo, Querétaro, Estado de México, Guanajuato, Puebla y Nuevo León.
Tras haber asumido la importante labor de promoción económica en el exterior y de atracción de Inversión Extranjera Directa que antes realizaba ProMéxico, la SRE se dio a la tarea de analizar las ventajas competitivas de México en comparación con otros países del mundo, y apoyar a la empresa para sostener los diálogos necesarios con los gobiernos locales, las empresas relacionadas con su cadena productiva y recopilar toda la información administrativa, legal y técnica que se requirió para configurar el caso de México.
Finalmente, Tesla Motors determinó instalar su nueva planta en México en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León, principalmente por las siguientes razones: en primer lugar, por el conjunto de tratados comerciales que tiene nuestro país vigentes, incluido el T-MEC, mismos que les facilitan la exportación e importación de sus materias primas y productos finales, ya que la producción en México será comercializada en nuestro país, pero también en América Latina y Europa; en segundo término, por la ubicación estratégica que tiene esta nueva factoría en relación con su propiedad en Austin, Texas, con un traslado de seis horas de camino de puerta a puerta por carretera; y en tercer lugar, muy importante, el valor del talento mexicano profesional, destacando que más de la mitad de su plantilla de ingenieros se han formado en universidades mexicanas. El gobierno del estado de Nuevo León y las autoridades municipales brindaron todo el apoyo necesario para la localización de un terreno apropiado y la obtención de las factibilidades en los trámites que se necesitan para poder hacer realidad esta inversión.
Sin duda, fue motivante haber asistido al Día del Inversionista 2023 de Tesla, para conocer de cerca los planes de esta empresa estadounidense en materia de inversión y expansión, líneas de producción más avanzadas, y sobre la plataforma de generación 3, entre otros procesos que seguramente involucrarán a la nueva gigafactory que se establecerá en México, que se ha vuelto clave para el futuro del fabricante de automóviles y el desarrollo sostenible de nuestro país.
Como lo ha expresado el mismo Musk: “el futuro es ahora, no mañana” y el rumbo que México ha tomado hacia la electromovilidad es claro. Nuestro portafolio de proyectos con esta empresa que hoy apuesta por México no solo incluye esta enorme fábrica de autos eléctricos, sino también la instalación de puertos de recarga rápida para autos eléctricos, explorar la posibilidad de instalar una planta de baterías eléctricas en el centro del país, intercambiar conocimiento para la explotación y refinación del litio en Sonora, y la transferencia de tecnología para el manejo sustentable del agua, entre otros proyectos.