De acuerdo con la SRE, el ex embajador se encuentra en buenas condiciones
Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informaron la noche de este jueves que Pablo Monroy Conesa, quien hasta el pasado 20 de diciembre era el embajador de México en Perú, ya se encuentra en el país.
De acuerdo con el reporte, el abogado de 42 años de edad aterrizó a las 22:20 en el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México (AICM), en un vuelo de Aeroméxico procedente de la ciudad de Lima. Además, señalaron que se encuentra en buenas condiciones de salud.
Cabe mencionar que a las 16:47 horas de este día, el ex embajador publicó un mensaje de despedida en Twitter ante su eventual regreso a territorio mexicano: “Un abrazo solidario, con afecto y lleno de gratitud, querido Perú. Hasta que nos volvamos a ver”
Y es que el pasado martes, el gobierno de Dina Boluarte declaró a Pablo Monroy como persona non grata y le dio un ultimátum 72 horas para abandonar el país sudamericano, por las expresiones de altos funcionarios de México sobre los asuntos internos de Perú.
“Tales expresiones constituyen una injerencia en los asuntos internos del país y por ende son violatorias del principio de no intervención”, escribió la cancillería peruana en sus redes sociales.
Al respecto, la SRE instruyó a Monroy Conesa regresar a México con el fin de resguardar su seguridad e integridad física.
Asimismo, aclararon que la embajada de México se quedará a cargo de la primera secretaria Karla Tatiana Ornelas Loera, actual jefa de Cancillería de la Misión.
“Nuestra Representación continuará operando con normalidad tras este movimiento […] México cree firmemente en el diálogo y seguirá manteniendo los canales de comunicación abiertos con todos los interlocutores, especialmente para atender las necesidades de los mexicanos avecindados en el Perú”, informaron.
Sin embargo, el canciller Marcelo Ebrard calificó la decisión de autoridades de Perú como “infundada y reprobable”.
Crisis diplomática entre México y Perú
A pesar de ser integrantes de la Alianza del Pacifico, la tensión entre los gobiernos de México y Perú iniciaron cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldo al ex mandatario Pedro Castillo, quien se encuentra detenido en Lima luego de ser destituido por el Congreso a principios de diciembre tras tratar de disolverlo de manera ilegal y reorganizar el poder judicial.
Castillo había buscado asilarse en la embajada de México en dicha capital poco después de anunciar que cerraría el parlamento, pero fue detenido por la policía y actualmente cumple una prisión preventiva por 18 meses mientras es investigado por “rebelión y conspiración”.
No obstante, el gobierno de la autollamada “Cuarta Transformación” (4T) sí logró conceder asilo político a su familia.
Lilia Paredes, esposa del ex presidente peruano, está siendo investigada por la justicia de su país por presuntamente integrar una red de lavado de dinero que involucraría al exmandatario.
“El gobierno mexicano está asilando a corruptos”, dijo a periodistas la legisladora de oposición y expresidenta del Congreso peruano María del Carmen Alva, tras el anuncio del gobierno del país norteamericano.
México tiene una larga tradición de otorgar asilo a diversos políticos y personalidades, entre los más conocidos se encuentran el revolucionario ruso León Trotski y el cineasta español Luis Buñuel; y, más recientemente, fue asilado el expresidente boliviano Evo Morales.