México es la economía mejor posicionada entre todos los mercados emergentes, dada la necesidad de reorganizar las cadenas de suministro que fueron interrumpidas con la pandemia. El único riesgo que podría descarrilar esta tendencia es el tema energético, aseguró Emilio Romano, presidente de Bank of America (BofA) México.
Una de las razones por las que el país está saliendo “muy fuerte de esta crisis” es el manejo de la finanzas públicas, consideró Jorge Arce, director ejecutivo de HSBC México. “Tenemos un gobierno que hace ver al de Margaret Thatcher como un comunista. Es súper, súper, responsable fiscalmente en términos de casi todas sus variables (…), atravesó una de las peores crisis humanitarias, económicas, que hemos visto en el mundo, y probó que ser responsable fiscalmente paga”.
En el marco de un foro organizado por Bloomberg, el presidente de BofA México destacó que la institución que preside confía en la integración de la cadenas de suministro en América del Norte, “no hay que olvidar que el TMEC es el mercado de libre comercio más grande del mundo”, y las oportunidades de inversión están orientadas hacia el sector de autos eléctricos, semiconductores y farmacéutico.
El único obstáculo que se ve en este reacomodo de cadenas de suministro es el energético, pues se debe cumplir con la demanda de energías para lo que se requiere una inversión del cerca del 25 por ciento del producto interno bruto (PIB) en los próximos 8 años. Otro riesgo puede ser la violencia e inseguridad, aunque este último no se impone para “descarrilar” la tendencia de la relocalización, detalló.
En general, México es “la economía emergente mejor posicionada en estos momentos en el mediano y largo plazo”, y los riesgos sobre ella vienen más por el lado externo, en particular por una probable recesión en Estados Unidos que, aunque mínima, afectaría al país. También hay oportunidades como “ir acortando la brecha entre los que tienen y los que no tienen”, así como impulsar su sector agrícola que hoy por hoy representa el 25 por ciento de las exportaciones estadounidense, explicó Romano.
Al ser cuestionado sobre el por qué los niveles de popularidad de la actual administración se han mantenido altos, pese a la austeridad promovida por presidencia, el director ejecutivo de HSBC México rehusó a pronunciarse sobre el tema político, pero recalcó que el país tiene “bases económicas sólidas” que le permiten crecer, así que el próximo gobierno, sea de la orientación que sea, “ya se dio cuenta que es muy importante la disciplina fiscal”.
Axel Christensen, director de Estrategia de Inversión para América Latina en BlackRock, subrayó que uno de los mayores riesgos para la economía mexicana y mundial es la inflación. “Nos vamos a tener que acostumbrar a vivir con un poco más de inflación de la que estábamos acostumbrados a ver. Va a costar mucho para que la inflación regrese a los niveles que los bancos centrales se habían fijado anteriormente”, advirtió.
Por su parte, Ignacio Saralegui, estratega senior de inversiones de Vanguard Latin America, consideró que otra parte de la fortaleza de la economía mexicana viene por parte del dólar, dada las alzas decididas por Banco de México en su tasa de interés, que han llevado a un diferencial de 600 puntos base con la tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos. Así que, una vez que se relaje esta política, la moneda mexicana podría depreciarse, advirtió.